La mayoría de los días hay unas niebla y las siluetas de los transeuntes se dibujan con cuidado cada vez que se acercan más. Últimamente me muerdo mucho las uñas o las llevo pintadas de negro, espero que no sea la señal de una extraña crisis de ansiedad o es simplemente que ando buscando un rato libre para apagar las velas y terminar las páginas de ese libro que por momentos me engancha.
Supongo que quiero que vuelva ser invierno puro y duro con cada uno de sus días entregándome su estación, atrincherando las dudas y levantándome tarde para pensar un poco menos. Supongo que me estoy acostumbrando al frío, a sus horarios, muy nocturnos para mi gusto. Casi siempre tengo las manos heladas pero casi nunca nieve sobre las pestañas.
La mente se dispersa cada día más y los instantes se hace más eternos.