Busco tiempo. Para llenar un vacío que escondo, pero que hoy me muestro a mi misma, tirando por la ventana las oportunidades remotas y todas las dudas sobre un futuro. Las esperanzas y las cartas que nunca llegué a escribir en papel pero que sus ideales me queman por dentro. Hoy también dejo de mirar el espejo y miro el cristal de la ventana lleno de vaho, pero este ahora ya no cuenta historias; ahora me las cuenta la lluvia que no deja de repiquetear contra mi coraza.
Y es que pierdo los hilos de los que cuelgo;
Volviéndome loca ya que mis cuerdas no tienen a quien atarse.
Perder la cabeza nunca ha sido una buena forma de empezar, pero siempre fue mejor perderla por algo que por alguien. Los alguienes te cierran los ojos y después te disparan a quemarropa.