domingo, 11 de noviembre de 2012

Descolocándonos

Alternantes a la velocidad de instinto se encuentran las miradas de reojo
y las sonrisas a medias que descolocan los domingos.
Volviendo a la realidad, volamos alto sin decirnos ni siquiera adiós por miedo a la despedidas. A los trenes que no vuelven, y todos esos rollos. A un beso sellado en labios ajenos a punto de irse. Como las manos congeladas de un viajante en tu camino.
Te buscan en el invierno;
te encuentran, escondidos en tu propio silencio.
Manos llenas de magia.
Y vuelves. Y caes. Y dejas de perderte,
para que empiecen a encontrarte.
Y el desorden invade mentes y palabras... Nos deja sin labios y la ternura de la que disponíamos. Ya no existen mejillas que acariciar ni pestañas que rescatar de peticiones de deseos suicidas. Ya no hay sueños en las pupilas. Es invierno y parece que todo se ha congelado. Un invierno eterno, descolocándonos. Desviviéndonos por sobrevivirnos. Escribiendo en clave para no ser descubiertos y poder volver a. No. Quedémonos aquí.
Ven... And never go away