domingo, 9 de septiembre de 2012

Adelante

Antes todo sonaba bien, hasta que llegó la tormenta y nos volvió inconformistas. Supongo que siempre hablamos de lo mismo y de los mismos porque estamos acostumbrados a ellos. No echamos las cuentas de las deudas que hemos dejado por el camino ni siquiera los caminos a medias. Ni las medias rotas por las heridas. Aun las más profundas nos reclaman.
Y ahora estamos aquí, con miles caminos llenos de huellas y uno que tenemos que hacer nosotros... Ahora si, sin excusas. Olvidándonos de todo y volviendo a ser nosotros. Sin ser los mismos, con más años en la espalda y más promesas olvidadas. En el fondo. Del cajón guardamos las derrotas, en pequeñas cajitas, como un recuerdo. Doloroso, pero un recuerdo. Una lección y así seguimos creciendo. Mirando atrás solo para guiñarle un ojo al tiempo y saber que lo has vencido.