Triste es tristeza. Esa que está sostenida entre los versos de una tarde de domingo. Pero hoy es martes y yo sigo en mis trece, viviendo en un día impar y con su mala suerte como amuleto. Buscando en las miradas caricias bajo los dedos y una sonrisa de complicidad. Pero eso en estos tiempos no se encuentra a la primera de cambio. Ni a la segunda. Ni si quiera a la tercera. Y eso de darse por vencida es demasiado fácil. Como dijeron, ''la huida solo es otra forma de llamar al miedo'' y yo no dejo de dejarle llamadas perdidas. Perdiéndome a mi misma en no se dónde. Buscando no se qué. Para que venga a rescatarme el Don Nadie que no tiene cojones a aparecer. Ni aunque se le llame a gritos. Que no. Que no viene.
Y bajo el telón de la distancia me regalaron mis primeras notas. Y ahora sus cenizas recorrer otra ciudad que no es esta. Ni fuego ni hostias. No queda nada. Ni si quiera recuerdos. Hay tres renglones en blancos llenos de ausencia. Y es más en mis palabras tan bien la hay. No preguntes, porque no sabré contestar.
La voces del pasado están pegando gritos. ''Futuro'', dicen. Como entre otras. Y levanto la mirada y el cielo está gris. Así, ¿cómo? Ahora soy yo la que pregunta, sin esperar tener nada cambio. Como otras muchas veces. Dejándose llevar sin prestar atención al sentido que tiene o no. (Punto y aparte)
Sigamos. Y concédeme esta fantasía. Ven(te) pero ven.
O quédate. O manifiéstate. No sé. Haz algo.
Esto no es más que un secreto a voces.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Bienvenido
Hace tiempo que echo de menos escribir a bolígrafo sobre un folio en blanco, sentir como la tinta impregna el papel poco a poco marcándolo para siempre. Pero ese vacío blanco tan inmenso me hace pensar demasiado y las ideas se acumulan y no sale nada bueno de ello.
Es otoño. Y domingo. El primero. Sería raro no escribir hoy. Lluvia. Viento. Y mil millones de ideas condenadas entre las líneas de control dispuestas a disparar a la mínima de cambio. Aun no hace frío, pero todos temblamos.
Es otoño. Y domingo. El primero. Sería raro no escribir hoy. Lluvia. Viento. Y mil millones de ideas condenadas entre las líneas de control dispuestas a disparar a la mínima de cambio. Aun no hace frío, pero todos temblamos.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
.
Poca personas comprenden realmente lo que significa escribir. Aunque supongo que no para todos es lo mismo... Para mi, es una forma de escape, de aflojar la cuerda que ahoga cada día más. De seguir los días sin ser tristes y dejar un poquito de mi existencia escrita. Pensamientos. Ideas irrevocablemente absurdas y todo ese rollo de los imposibles. Siempre han dicho que por qué no escribir algo más extenso... Algo que pudiese publicarse en tinta y papel. Pero no, la inspiración no viene sola y desde luego esto es como los buenos vinos, necesitan tiempo. Tiempo de maduración, quizás. No pido más que tiempo, el que corre en mi contra, con el tic-tac golpeando los oídos hasta dejarnos sordos. Tiempo de encontrar a alguien que quiera escribir conmigo, no escribir en ese sentido... Pero que de inspiración a las palabras, o mejor que eso, que les de sentido.
Esto no son más que unas cuantas líneas amontonadas, unas cuantas palabras que no siguen un curso fijo, algo que ni siquiera se puede entender.
Esto no son más que unas cuantas líneas amontonadas, unas cuantas palabras que no siguen un curso fijo, algo que ni siquiera se puede entender.
domingo, 9 de septiembre de 2012
Adelante
Antes todo sonaba bien, hasta que llegó la tormenta y nos volvió inconformistas. Supongo que siempre hablamos de lo mismo y de los mismos porque estamos acostumbrados a ellos. No echamos las cuentas de las deudas que hemos dejado por el camino ni siquiera los caminos a medias. Ni las medias rotas por las heridas. Aun las más profundas nos reclaman.
Y ahora estamos aquí, con miles caminos llenos de huellas y uno que tenemos que hacer nosotros... Ahora si, sin excusas. Olvidándonos de todo y volviendo a ser nosotros. Sin ser los mismos, con más años en la espalda y más promesas olvidadas. En el fondo. Del cajón guardamos las derrotas, en pequeñas cajitas, como un recuerdo. Doloroso, pero un recuerdo. Una lección y así seguimos creciendo. Mirando atrás solo para guiñarle un ojo al tiempo y saber que lo has vencido.
Y ahora estamos aquí, con miles caminos llenos de huellas y uno que tenemos que hacer nosotros... Ahora si, sin excusas. Olvidándonos de todo y volviendo a ser nosotros. Sin ser los mismos, con más años en la espalda y más promesas olvidadas. En el fondo. Del cajón guardamos las derrotas, en pequeñas cajitas, como un recuerdo. Doloroso, pero un recuerdo. Una lección y así seguimos creciendo. Mirando atrás solo para guiñarle un ojo al tiempo y saber que lo has vencido.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Hangover
Tú eres la resaca que te recuerda la noche anterior. La que el dolor de cabeza no te deja olvidar. El cigarro de después del quinto cubata. El de volverse loco. El de me da igual, solo quiero irme con él. El paquete de tabaco olvidado y que siempre recordamos. El deseo de las pestañas. El de las estrellas fugaces. La fuga. El volvemos a vernos un rato y encontrarnos muertos. De placer. En tu casa.
Los desvelos y sueños. De una noche de verano. Y también de invierno. Como una pesadilla. Los silencios completos. Y también los incompletos. El otro lado de la almohada.
Quitándote el sueño, cumpliendo los tuyos. Deseándote. Suerte. O deséame a secas. Solos tú y yo y este mar de coordenadas que nos conducen a tu cama. El muerdo en los labios por las ganas. El guiño de ojos. Insinuándose. La sed. De ti.
Los desvelos y sueños. De una noche de verano. Y también de invierno. Como una pesadilla. Los silencios completos. Y también los incompletos. El otro lado de la almohada.
Quitándote el sueño, cumpliendo los tuyos. Deseándote. Suerte. O deséame a secas. Solos tú y yo y este mar de coordenadas que nos conducen a tu cama. El muerdo en los labios por las ganas. El guiño de ojos. Insinuándose. La sed. De ti.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)