lunes, 27 de agosto de 2012

Silence

Hace ya varias colillas que dejé de fumar y sigo sin imaginarme la vida después del último cigarro. Vacíos. Vacíos y silencios inquebrantables. Como a las tantas de la madrugada cuando solo nos oímos a nostros mismos. Y hablamos mejor de otros temas, sin compartirnos demasiado el uno al otro, sin abrir ni siquiera las piernas. Solo el roce que puede llegar a crear el cariño. No es por ti, y mucho menos por mi; es por el mundo que no ha dejado que nos encontremos. Y por suponer, espero que estés ahí fuera. Esperando con tu cigarro entre los labios y muerto de sed, porque vamos a bebernos hasta los bares más vacíos. Buscándonos de nuevo, pero ahora las ganas.
Después de tanto y tan poco,
sigues.
Seguimos ambos.
Esta es mi quinta cerveza y aun sigo cuerda, atándome a mis ideales mientras busco a un loco que desate estos nudos. Hablado de cervezas y ese ''sin ti'', como si alguna de las dos me gustasen. Como suponiendo que pudiera (re)inventarte, como si fuera fácil.
Hace tiempo que no inspiras y que la magia se ha marchado. Pura magia. Pura soledad. Hablando de más, y viviendo de menos. Delirando.