Espérate aquí,
me voy a quedar despierta con los ojos cerrados hasta que consiga oír tu respiración en el séptimo sueño. Y te prometo que cuando abras esos ojos, seguiré estando aquí. Que no me habré ido. Quizás tendrás que despertarme, o quizás no. (...)
Y es que ya no pienso cuando escribo, siempre de lo mismo, siempre la misma fantasía y siempre está por terminar. No hay un final, y espero que ni siquiera un para siempre, solo un hasta mañana porque como ya dije, te prometo estar aquí.
No sé dónde estás ni siquiera sé que es ese no se qué que busco de ese don nadie. Quizás eres tú, ese que no paraba de mirar hacia atrás y sonreía y que torció en la tercera esquina. O quizás al que todavía no me he cruzado.