sábado, 17 de noviembre de 2012

No calls; just texts

Y los puntos suspensivos que dejamos al final de cada historia los usamos para unirnos a otras y así, de cierto modo, sufrir menos. Entrecerrar las puertas de los corazones en llamas siempre me pareció un buen método, ya que cerrarlas enteras me parecía un suicidio en toda regla; un suicidio tal como mandarle cartas al amor para decirte que te rindes y que por primera vez el gana. Dejándonos ganar por el primer capullo y dejándonos perder por el primer voleteo.
Busco tiempo. Para llenar un vacío que escondo, pero que hoy me muestro a mi misma, tirando por la ventana las oportunidades remotas y todas las dudas sobre un futuro. Las esperanzas y las cartas que nunca llegué a escribir en papel pero que sus ideales me queman por dentro. Hoy también dejo de mirar el espejo y miro el cristal de la ventana lleno de vaho, pero este ahora ya no cuenta historias; ahora me las cuenta la lluvia que no deja de repiquetear contra mi coraza. 
Y es que pierdo los hilos de los que cuelgo; 
Volviéndome loca ya que mis cuerdas no tienen a quien atarse. 
Perder la cabeza nunca ha sido una buena forma de empezar, pero siempre fue mejor perderla por algo que por alguien. Los alguienes te cierran los ojos y después te disparan a quemarropa.

lunes, 12 de noviembre de 2012

De leyenda

Ando buscando las páginas en blanco en las que te dejas caer, 
entre esquinas llenas de humo. En soportales vacíos.
Y mientras tú te buscas; yo trato de reinventarte
Asfixiando monstruos por ti, O por mi
Buscando la salida entre mil entradas. De estas cuatro paredes.



domingo, 11 de noviembre de 2012

Descolocándonos

Alternantes a la velocidad de instinto se encuentran las miradas de reojo
y las sonrisas a medias que descolocan los domingos.
Volviendo a la realidad, volamos alto sin decirnos ni siquiera adiós por miedo a la despedidas. A los trenes que no vuelven, y todos esos rollos. A un beso sellado en labios ajenos a punto de irse. Como las manos congeladas de un viajante en tu camino.
Te buscan en el invierno;
te encuentran, escondidos en tu propio silencio.
Manos llenas de magia.
Y vuelves. Y caes. Y dejas de perderte,
para que empiecen a encontrarte.
Y el desorden invade mentes y palabras... Nos deja sin labios y la ternura de la que disponíamos. Ya no existen mejillas que acariciar ni pestañas que rescatar de peticiones de deseos suicidas. Ya no hay sueños en las pupilas. Es invierno y parece que todo se ha congelado. Un invierno eterno, descolocándonos. Desviviéndonos por sobrevivirnos. Escribiendo en clave para no ser descubiertos y poder volver a. No. Quedémonos aquí.
Ven... And never go away

sábado, 3 de noviembre de 2012

A veces me pregunto por que el corazón le hace las maletas a quién menos se lo merece