Que triste recordar y que triste recordarte.
El vaho de mi espejo no deja que me refleje con claridad, es una mirada ausente y gris sin contrarios, un estado de calma y soledadLas estrellas me hablan de ti sin querer y las letras de las canciones se acumulan en estos cuatro trastes. Te he aguardado pero las pompas de jabón tienen prisa y ganas de volar y dejarse ir, de bailar con el corazón sin pensar en lo complicado. Y tus iniciales me esperan y con el tiempo perdido desesperan y hacen interminable el olvido, ese al que son expuestas.
El café gotea y el chocolate espesa a fuego lento impaciente por tu llegada, la sintaxis de los versos y la confusión de ambos cuerpos, el significado y el subconsciente con un batalla imbatible de cabeza y corazón
