somos todos los kilómetros que recorremos diariamente para conseguir nuestros objetivos. somos las canciones que hemos escuchado y que hemos cantando e inventado. somos todos y cada uno de los momentos vividos, de las borracheras y las cartas echadas al centro de la mesa. somos las oportunidades fallidas y los errores. somos los momentos que nos han dejado sin aliento y las experiencias irrepetibles. somos los catorce de febrero pasados solos y los 364 días restantes acompañados. somos el primer helado de verano y el último. somos un avión despegando y los atardeceres vistos. somos cada huída y cada reencuentro con nosotros mismos. somos cada caída libre sin paracaídas. somos las personas que hemos conocido. somos cada día de más que nos gustaría que fuese un día menos. somos el olor a sal el primer día de playa. somos sueños y deseos. somos las historias interminables de nuestro propio guión. somos cada grito, cada petición de libertad. somos de enero a diciembre; de lunes a domingo. somos lo que echamos de menos. somos el ayer y el mañana y sobre todo el hoy. somos héroes de nuestra propia vida y los actores de una obra jamás inacabada. somos el precio de nuestras acciones. somos las frustraciones, las incomodidades del orgullo y el miedo a lo desconocido. somos el jugador que pretende ganar. somos las segundas oportunidades. somos las noches y los días. somos la distancia y el olvido. somos un puente hecho con los abrazos necesitados. somos a veces rutina y a veces sopresa. somos un hola y un adiós. pero sobre todo; somos lo que somos porque somos lo que hemos vivido.
